miércoles, 17 de diciembre de 2008

martes, 2 de diciembre de 2008

Inmigración

Inmigrantes llegados a Canarias :
Cuatrocientos emigrantes canarios perdieron la vida una tarde del 22 de septiembre de 1919 al naufragar el vapor Valbanera cuando realizaba la travesía Santiago de Cuba-La Habana. Un mes antes, el barco había zarpado desde el Puerto de la Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, en busca de un futuro mejor y con el objetivo de dejar atrás la miseria que reinaba en las Islas por aquel entonces. Los canarios, en aquel tiempo, tuvieron que emigrar para sobrevivir. En febrero de 2002, ocho inmigrantes perecieron ahogados cuando intentaban alcanzar las costas de Fuerteventura en una patera. Siete personas más desaparecieron en la inmensidad del Océano sin que rescataran sus cuerpos. Procedentes del África subsahariana, también buscaban un futuro mejor y dejar atrás la miseria de sus países de origen. Dos historias distantes en el tiempo con un denominador común: la lucha por la subsistencia a cualquier precio.
“El pueblo que olvida su pasado está condenado a repetirlo”. La célebre frase, utilizada por un sinfín de personajes históricos, refleja a la perfección una situación que se vivió en Canarias hace 50 años atrás y que ahora se repite con diferentes personajes: la inmigración. Lo que ahora están sufriendo los subsaharianos, que se juegan la vida en el mar para poder llegar a Canarias en busca de un futuro mejor, no es nuevo para una población canaria que buscó en varios países latinos un futuro mejor que aquí se les negaba por mil razones distintas a las que ahora nos ocupa. Expediciones clandestinas en frágiles barcos en los que cruzaban el Atlántico sin equipaje alguno y sólo con lo puesto.
El relato de las familias canarias que en su día fueron víctimas del obligado éxodo al supuesto paraíso sudamericano en las primeras oleadas migratorias de los años 20 y la posterior de los año 40, es un calco de una situación que ahora le toca al África Subsahariana y cuya población tiene al Archipiélago como la gran puerta hacia la estabilidad que se les niega en sus países de origen. Los canarios en el exterior luchan ahora por regresar a su tierra natal huyendo de los problemas sociales y políticos que azotan a países como Venezuela, Cuba y Argentina.
La miseria, el hambre y la fragilidad política, los mismos factores que les obligaron a emigrar en su día, son los que alientan el regreso.
Si el año pasado retornaron a Canarias unos 2.200 emigrantes por estas y otras razones, para el 2002 se espera la vuelta de más de 6.000 familias, muchas de las cuales llevan la friolera de 50 años fuera del Archipiélago. El Gobierno de Canarias se ha tenido que sensibilizar con el problema de estos otros canarios y colabora en diferentes cuestiones para que puedan volver. Entre otras cosas, subvenciona el cincuenta por ciento del billete de avión. El pasado mes de mayo fueron aprobadas una serie de medidas dirigidas a los emigrantes en su retorno a Canarias, según datos ofrecidos por Benito Codina, vicesecretario general del Partido Popular de Canarias. En la actualidad, el Gobierno regional cuenta con 19 programas de actuación en favor de los emigrantes, entre los que se encuentran ayudas económicas y facilidad para la integración laboral a su llegada a las Islas.
Cincuenta años atrás
A finales de la década de los cuarenta, buena parte de los veleros atracados en los muelles de la capital grancanaria pertenecientes a la flota pesquera fueron desapareciendo. Salían a la mar y no regresaban. Se trataba de la emigración clandestina a América.
Estos viajes se realizaban en lamentables condiciones desde zonas costeras alejadas carentes de toda vigilancia, en embarcaciones inadecuadas, sin medios y con tripulaciones inexpertas. Algunos individuos que organizaban dichas travesías especulaban con el terror y la necesidad de miles de canarios, los cuales eran vilmente engañados tras pagar por adelantado todos sus ahorros. Muchas fracasaron en el intento, como la del Valbanera.
El 28 de junio de 1948 partió del litoral grancanario el pequeño balandro Andrés Cruz, un cascarón a vela de nueve metros de eslora en el que viajaba Higinio Espino Socorro, natural de Santa Brígida. Higinio Espino tenía 18 años y se marchó de Gran Canaria “limpio como un escoplo”. En la actualidad vive en Matanza, Cuba y es el encargado de la colonia canaria en el citado municipio. “La travesía duró catorce días”, recuerda Higinio, que con 72 años sueña con terminar sus días en el lugar que le vio nacer. “Me vine a Cuba con la intención de regresar, pero luego me casé con la hija de un chicharrero y constituí familia, y las cosas me fueron bien. Me dediqué a la enseñanza y desde el año 60 fui profesor de inglés”.
Higinio Espino hoy en día está jubilado y tiene una pensión de 182 pesos (al cambio, unos ocho euros). “La vida aquí está un poco difícil, la jubilación no da para vivir y he tenido que dar clases particulares para poder salir adelante”, afirma desde su residencia en Matanza.
La historia de Higinio es similar a la de Mari Carmen González (Carmita), una herreña de 54 años, que en la actualidad trabaja en el Hogar Canario de Venezuela. “Yo era pequeñita, creo que tenía 9 años y vine con mis padres en barco. Tardó diez o doce días. Estaba terminando la guerra y había mucha miseria”, recuerda Carmita.
“Hablaban de que en Venezuela había trabajo y todo era maravilloso, y entonces mis padres decidieron venirse. Mi padre trabajó en las tierras y mi madre era ama de casa. Nosotros somos dos hermanas y salimos adelante estudiando, cosa que no podíamos hacer en Canarias”. Carmita se casó en Venezuela, con un herreño también, y tiene tres hijos, pero desean volver: “Aquí hay muchos problemas ahora. Yo siempre pensé en volver, pero ahora más, porque mis raíces están en Canarias”.
Argentina, junto a Cuba y Venezuela, han sido tradicionalmente los países receptores de la población emigrante canaria. Jorge y Ofelia Muñoz son dos argentinos que en la actualidad viven en el Tigre, un pueblecito cerca de Buenos Aires. Ellos no son víctimas directas de la emigración, pero su padre sí fue uno de los protagonistas del éxodo: un grancanario, natural de Valsequillo, que también marchó a las Américas con la ilusión y la incertidumbre como equipaje.
“Mi padre tenía 20 años cuando llegó acá, el 29 de enero de 1930”, comenta Jorge, que tiene ahora 56 años. “Mi abuelo había llegado un año antes a Argentina, y mandó a llamar a mi padre. En esos momentos las cosas estaban muy mal en Canarias y vino a probar mejor suerte en la Argentina. Mi padre se compró una quinta y le fue muy bien. Así nos crió a nosotros hasta que murió hace veinte años”.
Sin embargo, Jorge y Ofelia viven una situación crítica actualmente en Argentina: “Todo es muy duro, no hay trabajo, el país está parado. Todos mis ahorros están bloqueados por el corralito y no puedo acceder a mi dinero. Por el momento no tengo posibilidades de hacer nada”.
Ambos estuvieron en Gran Canaria hace unos años para visitar a familiares suyos, primos concretamente, y sueñan con volver, “pero mi economía no me lo permite”, comenta Jorge, “Tengo dinero pero no puedo disponer de él. He iniciado un proceso judicial y espero que todo se resuelva. De lo contrario, seguiré sin nada”, afirma desde la casa de su hermana Ofelia en Tigre, cerca de Buenos Aires.
Sufrimiento
Estas historias no son más que una mínima parte del sufrimiento al que los canarios se sometieron durante muchos años. Se marcharon de las Islas, hicieron su vida en las Américas y allí han vivido hasta que las cosas les han comenzado a ir mal en los últimos años.
Cuba y Venezuela son los países que más han sufrido la inmigración canaria, y numerosos son los isleños que en la actualidad aún desarrollan su vida allí. Sin embargo, los problemas que azotan en la actualidad a estos países les ha obligado a intentar el retorno a Canarias. Para ello, el Gobierno regional tiene en marcha innumerables programas de ayudas para su vuelta. Sin ir más lejos, en Venezuela se han invertido en los últimos tres años (1999, 2000 y 2001) más de quince millones de euros (2.500 millones de pesetas), mientras que en Cuba, en el mismo período de tiempo, la inversión ascendió a casi cinco millones de euros (setecientos cincuenta millones de pesetas).







Inmigrantes llegados a España :


http://www.europapress.es/nacional/noticia-cifra-inmigrantes-llegado-ano-espana-supera-1000-mismo-periodo-ano-pasado-20081104203718.html